Tendrías que haber sido tú el primero, te lo debo, y de hecho lo has hecho, has batido el récord de heridas en mi corazón y de tiempo. Deberías haber aparecido en mis sueños mucho antes de haberte conocido, para decirme que algún día en algún lugar del mismo aire íbamos a respirar. Que existes, que eres de verdad, que por mucho que me duela llegará el.momento en que sólo te quiera encontrar. Tu recuerdo junto con tu mirada y cada parte de tu cuerpo, parecen haberse acostumbrado demasiado pronto a las paredes mullidas de mi interior. Pero yo no me acostumbro a la distancia por mucho tiempo que pasa. Sigo queriendote ver pasar cada día por delante de mi casa, y saber cómo huele la gasolina que sale del rugido de tu moto hoy. Quiero que me robes las noches sin sueño a besos, y quedarnos enredados en la cama sin preocuparnos de mañana. Soñar, pero los dos de la mano. Dónde vayas yo te seguiré. Sin hacerle caso al despertador ni al sol que se asoma por la ventana. Solo somos tú y yo, el resto me sobra. Y es que siento que con este dolor podría vivir sin aire, sin agua y sin comer, pero lo de vivir sin tí no estaba pactado en ningún contrato. Como tampoco lo estaba verte y que mi corazón quedara enamorado, pero es por algo si ha pasado. Así que no te quiero perder, te voy a buscar. Necesito encontrarte y romper con la distancia que nos separa. Me paso las horas viendo reflejada tu mirada en cada cristal y fachada, veo tu reflejo en cada espejo, puedo escuchar tu voz mientras escribo, recortando trozos del mapa para que no hayan quilómetros de por medio, uniendo frases con comas y rimando versos te voy contando los besos que aun no te he dado. No es gran cosa, lo sé, pero siento la necesidad de tenerte presente en cada paso que doy.
Eres la fuente de inspiración de mis mil noches en vela y el nido donde crecen las mejores ideas. Eres el hada del cuento que nunca ha existido pero que a veces da un toque con la barita mágica del destino. El príncipe de las tinieblas y el rey del sol. Gracias a ti mis palabras no se detienen a pasar por mi cabeza, porque del corazón a mis manos van directas. Puede parecer extraño, pero es mi forma de decirte que no me basta con un simple te quiero. Porque lo siento de verdad. Hay veces que doy vueltas en la cama queriéndome arrancar el corazón en un repentino ataque de impotencia, al saber que no estás. De nada vale que le de la vuelta a la almohada esperando a encontrarte detrás, ni que mire a la ventana por si tiras piedras al cristal o escalas con una cuerda para venirme a rescatar, y en la puerta nunca encuentro tu silueta por mucho que esté abierta. Me duele cada bocanada de aire que inspiro sabiendo que no estoy contigo. Los acordes de cada canción se me clavan como estacas de madera con astillas directas al corazón. Estoy perdiendo la razón, y vivo por intuición porque sin ti solo sobrevivo para protegerme de mi fiel enemigo que me persigue cada vez que tu nombre digo en mi interior: las manecillas del reloj, que hacen inevitable que el tiempo pase.
Quizás no hayas sido el primero, pero ahora estás el primero en el pódium de mi corazón.
Eres la fuente de inspiración de mis mil noches en vela y el nido donde crecen las mejores ideas. Eres el hada del cuento que nunca ha existido pero que a veces da un toque con la barita mágica del destino. El príncipe de las tinieblas y el rey del sol. Gracias a ti mis palabras no se detienen a pasar por mi cabeza, porque del corazón a mis manos van directas. Puede parecer extraño, pero es mi forma de decirte que no me basta con un simple te quiero. Porque lo siento de verdad. Hay veces que doy vueltas en la cama queriéndome arrancar el corazón en un repentino ataque de impotencia, al saber que no estás. De nada vale que le de la vuelta a la almohada esperando a encontrarte detrás, ni que mire a la ventana por si tiras piedras al cristal o escalas con una cuerda para venirme a rescatar, y en la puerta nunca encuentro tu silueta por mucho que esté abierta. Me duele cada bocanada de aire que inspiro sabiendo que no estoy contigo. Los acordes de cada canción se me clavan como estacas de madera con astillas directas al corazón. Estoy perdiendo la razón, y vivo por intuición porque sin ti solo sobrevivo para protegerme de mi fiel enemigo que me persigue cada vez que tu nombre digo en mi interior: las manecillas del reloj, que hacen inevitable que el tiempo pase.
Quizás no hayas sido el primero, pero ahora estás el primero en el pódium de mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario