Parece que me he obsesionado con esto, al principio parecía un estúpudo juego pero ahora es más que eso. Supongo que te has convertido en mi vício y no he dejado de quererte ni en mis sueños. Me es tan irresistible escribirte aunque sean sólo unos cuantos versos. No sé si lo que hago está bien o está mal, pero hoy me limito a hacer lo que necesita mi corazón, no a juzgarme. Demasiados ya me han juzgado y ahora sé que ellos no son nadie, que solo yo puedo hacerlo, pero no quiero. Así que soy así, de esta manera, y por más que trate de cambiarme o de olvidarte no servirá para nada, y sí, no hago otra cosa más que pensarte y amarte por encima de mis posibilidades. Pero escribir me ayuda a relajarme, el boli y el papel o una máquina con teclado son mis aliados. Sé que nunca me harían daño, pues no revelarían la verdad porque no saben hablar, sé que en ellos deposito toda mi amistad y que ahora mismo me conocen mejor que yo misma, pero aunque alguien supiera algun día lo que pone en este papel, será porque yo quiera o porque alguien lo haya leído, ellos jamás me traicionarán, de eso ya se encarga la gente. Te escribo con nervios, estoy rara y mosqueada. Esto de no tenerte cerca me sienta peor de lo que pensaba. Y las obsesiones no son buenas, nos suelen causar más problemas.
Sigo pensándote con la misma intensidad que el primer día que te ví pasanado por aquella plaza. Supe que te quería para mí, pero en ningún momento pensé que este sentimiento iba a ser eterno. Y a pesar de todo, de lo que duele sentir que tú corazón se derrumba más abajo que el suelo si no te tengo, y que ya no tengo lágrimas para decirte sin palabras lo que yo siento, y de lo que pesa todo este tiempo, estos años... A pesar de todos los pesares que hoy me llevan al delirio, noto que tengo una vitalidad para poderte escribir el mundo entero si cabe. Una madrugada más, la pasaré en vela por llorarte en silencio, y sé que podría quedarme mirando al cielo esperando ver tu reflejo hasta que todas las estrellas murieran y deslumbrara el primer rayo de sol por la mañana. Si algo he aprendido es a luchar por lo que quiero, sé que quizás no es lo que me merezco, ni lo mejor ni mucho menos. Pero no siempre es mejor lo bueno, y lo malo, lo peor. Así que hay que intentarlo, que quien la sigue la consigue. Por otro lado, me veo capaz de continuar mi vida sin tenerte a mi lado, no por gusto, sino porque me he acostumbrado. Y ya ves, una vez más pierdo yo, doy sin recibir nada a cambio. Pero porfavor, no estamos hablando de mí, sino de tí. Disfruta cada punto y cada coma, que son solo para tí. Sé también, que no te parecerá gran cosa, pero dime ¿ alguien te havía hecho algo así? Dímelo, a la cara y sin mentiras, ¿alguien te ha dicho que te amaba con todo el alma y sin esperar a tu respuesta ya estaba esperando con las manos abiertas a que te apoderaráa de su alma? Quizás alguien te lo haya dicho, pero mi alma ya es tuya.
Hoy llueve, fuera en la calle, caen piedras y el viento sopla, algún que otro relámpago se deja ver aompañado por su trueno.
De pequeña recuerdo que mi padre me enseñaba a contar los segundos de diferencia entre el relámpago y el trueno, y por cada uno habían 100 000 km. Ahora, la tormenta de mi corazón hace casi invisible la del exterior, la hace ensordecer y callar. No hace falta que se debata en ninguna batalla, pues el corazón siempre gana. Dentro mío hay más que relámpagos y truenos; hay diluvios infinitos, hay huracanes que debastan cuanto encuentran a su paso, no caen piedras sino rocas y montañas, mientras un león ruje una pantera me araña, la hiedra crece hasta extinguir cualquier molecula de oxígeno, y yo me muero. Puede que la tormenta no me deje dormir, puede que me moje al salir, pero ningún enemigo es tan peligroso como la distancia.
¿Por qué siento un trueno tan de cerca cuando están tan lejos, y no puedo escuchar tu voz cuando no estás ni a la mitad de kilómetros que el trueno?
Qusiera que tú fueses cada rayo de sol que me ciega la vista, el calor que me abrasa de buena mañana y me rompe el sueño, la luz que se cuela a través de mi ventana, el pajarillo que no se calla, el golpe que da el aire contra mi persiana, la ropa con la que me visto y el agua que corre por mi cuerpo cuando me ducho y la toalla que me envuelve luego, la alfombrilla donde pongo mis pies húmedos, el cepillo con el que peino mi cabello y el secador que me da calor, la silla que siempre me aguanta cuando me siento, y la mesa donde apoyo mis manos, cada programa que en la televisión que veo, cada gota de agua que bebo y cada bocadito de energia que entra a mi cuerpo, ser cada cosa que toco, cada palabra que mi boca saca, cada suspiro y bostezo, cada partícula de aire que inspiro y el que suelto, cada poro de mi cuerpo, cada herida que tengo, cada persona con la que hablo, cada pensamiento y cada acto, cada mirada y cada gesto, cada año, día, hora, minuto, momento, segundo, instante, cada partícula de tiempo, cada nota de todas las canciones que escucho, cada ritmo, cada movimiento, cada paso que doy y todo lo que oigo, cada estrella del universo, cada farola que me encuentre al volver a casa, cada cubata y cada cigarro, cada punto y coma de mi diario, cada noticia en la prensa, cada canal de television, cada emisora de radio, cada estreno de cine, cada objeto de mi habitación, cada número y cada letra que escribo, todo lo que te digo y lo que no te digo, cada sonrisa, cada instante de risa, cada roze de mis labios y cada sabor que pasen por ellos, cada pestañeo, cada lágrima que se escurre por mi cara, cada paisaje, toda la arena de la playa y cada gota de agua que caiga, cada árbol, cada flor, cada fruto, cada campo, toda la hierba del mundo, todos mis vícios, mi sol, mi luna, mi cielo, mi planeta, mi mundo, mi universo paralelo, mi almohada y las sábanas que me arropan en mi cama.
Sigo pensándote con la misma intensidad que el primer día que te ví pasanado por aquella plaza. Supe que te quería para mí, pero en ningún momento pensé que este sentimiento iba a ser eterno. Y a pesar de todo, de lo que duele sentir que tú corazón se derrumba más abajo que el suelo si no te tengo, y que ya no tengo lágrimas para decirte sin palabras lo que yo siento, y de lo que pesa todo este tiempo, estos años... A pesar de todos los pesares que hoy me llevan al delirio, noto que tengo una vitalidad para poderte escribir el mundo entero si cabe. Una madrugada más, la pasaré en vela por llorarte en silencio, y sé que podría quedarme mirando al cielo esperando ver tu reflejo hasta que todas las estrellas murieran y deslumbrara el primer rayo de sol por la mañana. Si algo he aprendido es a luchar por lo que quiero, sé que quizás no es lo que me merezco, ni lo mejor ni mucho menos. Pero no siempre es mejor lo bueno, y lo malo, lo peor. Así que hay que intentarlo, que quien la sigue la consigue. Por otro lado, me veo capaz de continuar mi vida sin tenerte a mi lado, no por gusto, sino porque me he acostumbrado. Y ya ves, una vez más pierdo yo, doy sin recibir nada a cambio. Pero porfavor, no estamos hablando de mí, sino de tí. Disfruta cada punto y cada coma, que son solo para tí. Sé también, que no te parecerá gran cosa, pero dime ¿ alguien te havía hecho algo así? Dímelo, a la cara y sin mentiras, ¿alguien te ha dicho que te amaba con todo el alma y sin esperar a tu respuesta ya estaba esperando con las manos abiertas a que te apoderaráa de su alma? Quizás alguien te lo haya dicho, pero mi alma ya es tuya.
Hoy llueve, fuera en la calle, caen piedras y el viento sopla, algún que otro relámpago se deja ver aompañado por su trueno.
De pequeña recuerdo que mi padre me enseñaba a contar los segundos de diferencia entre el relámpago y el trueno, y por cada uno habían 100 000 km. Ahora, la tormenta de mi corazón hace casi invisible la del exterior, la hace ensordecer y callar. No hace falta que se debata en ninguna batalla, pues el corazón siempre gana. Dentro mío hay más que relámpagos y truenos; hay diluvios infinitos, hay huracanes que debastan cuanto encuentran a su paso, no caen piedras sino rocas y montañas, mientras un león ruje una pantera me araña, la hiedra crece hasta extinguir cualquier molecula de oxígeno, y yo me muero. Puede que la tormenta no me deje dormir, puede que me moje al salir, pero ningún enemigo es tan peligroso como la distancia.
¿Por qué siento un trueno tan de cerca cuando están tan lejos, y no puedo escuchar tu voz cuando no estás ni a la mitad de kilómetros que el trueno?
Qusiera que tú fueses cada rayo de sol que me ciega la vista, el calor que me abrasa de buena mañana y me rompe el sueño, la luz que se cuela a través de mi ventana, el pajarillo que no se calla, el golpe que da el aire contra mi persiana, la ropa con la que me visto y el agua que corre por mi cuerpo cuando me ducho y la toalla que me envuelve luego, la alfombrilla donde pongo mis pies húmedos, el cepillo con el que peino mi cabello y el secador que me da calor, la silla que siempre me aguanta cuando me siento, y la mesa donde apoyo mis manos, cada programa que en la televisión que veo, cada gota de agua que bebo y cada bocadito de energia que entra a mi cuerpo, ser cada cosa que toco, cada palabra que mi boca saca, cada suspiro y bostezo, cada partícula de aire que inspiro y el que suelto, cada poro de mi cuerpo, cada herida que tengo, cada persona con la que hablo, cada pensamiento y cada acto, cada mirada y cada gesto, cada año, día, hora, minuto, momento, segundo, instante, cada partícula de tiempo, cada nota de todas las canciones que escucho, cada ritmo, cada movimiento, cada paso que doy y todo lo que oigo, cada estrella del universo, cada farola que me encuentre al volver a casa, cada cubata y cada cigarro, cada punto y coma de mi diario, cada noticia en la prensa, cada canal de television, cada emisora de radio, cada estreno de cine, cada objeto de mi habitación, cada número y cada letra que escribo, todo lo que te digo y lo que no te digo, cada sonrisa, cada instante de risa, cada roze de mis labios y cada sabor que pasen por ellos, cada pestañeo, cada lágrima que se escurre por mi cara, cada paisaje, toda la arena de la playa y cada gota de agua que caiga, cada árbol, cada flor, cada fruto, cada campo, toda la hierba del mundo, todos mis vícios, mi sol, mi luna, mi cielo, mi planeta, mi mundo, mi universo paralelo, mi almohada y las sábanas que me arropan en mi cama.
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