lunes, 24 de septiembre de 2012

De persona a persona

Jamás te arrepientas de algo que te hizo sonreír, piensa que si durante esos instantes fuiste feliz ya tienes más ganado que perdido. Y cuando tengas ganas de llorar y necesites explotar, piensa que tienes muchas cosas y que hay gente feliz que no tiene nada. Sé que a veces es difícil pensar en no llorars porque aun contodo sigues buscando lo único que te da la vida y al mismo tiempo te la quita. Y al saber que lo quieres tanto pero tus lágrimas no sirven para acercalo a ti, la desesperación acude a tu corazón y de allí nacen los sentiemientos más amargos; los que te hacen sufrir porque muchas veces te gritan: jamás lo vas a conseguir.

No te avergüences de lo que haces, solo lograrás olvidar quien eres. No dejes que nadie te influya, en el fondo están pidiendo una vida como la tuya. La envidia es la base del odio, y sabes que lo positivo llama a lo negativo. No eres tú el problema, sino la solución, pero son ellos la cuestión y quienes te intentarán robar la razón. Ciérrales el paso, ignora sin que te hagan daño. Que al fin y al cabo el tiempo hace muy bien su trabajo.
Contéstales con la respuesta de los sabios; la mayor indiferencia. Diles que sólo perderás la cabeza cuando tu corazón quiera, y por aquellas personas que valgan verdaderamente la pena, que por seres indignos sabes mantenerte en pie y andar con certeza, alzando la mirada y sabiendo que un día agacharán tanto la cara que no se sabrán donde su cuerpo empieza ni acaba.

Que nadie te corte las alas porque aun no ha aprendido a volar, y a quien lo intente tíralo desde lo alto de un precipicio para ver si aprende, porque si realmente es lo que quiere sabrá, y si no otro final le esperará. Cree en lo que haces, en lo que dices, en lo que piensas y en lo que sientes. Cree en tí. Y en todo lo que quieres. Sólo así lograrás encontrarte y podrás decir: estoy aquí. Porque aunque el corazón sea el músculo más fuerte también es el órgano más débil, el que primero recibe el dolor y el que más sufre. Y a veces también necesita que alguien lo escucuche. Él te lo agradecerá, siempre lo hace, no es egoísta, solo se atreve a decir la verdad.

Y lo asociamos al amor porque es lo más bonito  que poseemos, en él perviven todos los recuerdos y el nombre de cada historia. Lugares, momentos, besos, perfumes, palabras y canciones, que aunque sabemos que ya no se van a volver a repetir, siempre estarán refugiados del mal tiempo aquí dentro. Incluso después de que éste deje de latir, ellos se harán eternos y serán los que nos hagan perdurar entre el murmuro de la gente o callar bajo tierra para siempre.


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