Estaba mirando el
fuego, observando su belleza que hoy parecía algo pobre, que hoy le hacía
sombra mi amargura. Ya no sé si tengo la piel dura o pruebo su flacidez con
cada herida. Te he imaginado convertido en ceniza, en polvo nada más, y mis
huesos se han caído a la vez. No se ha escuchado ningún estruendo porque se han
deshecho antes de chocar contra el suelo para fundirse contigo en el fuego. El
dolor es sentir que te vas mientras yo me quedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario