jueves, 8 de enero de 2015

Ardiendo pasiones

Estaba mirando el fuego, observando su belleza que hoy parecía algo pobre, que hoy le hacía sombra mi amargura. Ya no sé si tengo la piel dura o pruebo su flacidez con cada herida. Te he imaginado convertido en ceniza, en polvo nada más, y mis huesos se han caído a la vez. No se ha escuchado ningún estruendo porque se han deshecho antes de chocar contra el suelo para fundirse contigo en el fuego. El dolor es sentir que te vas mientras yo me quedo. 

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