sábado, 20 de octubre de 2012

Los cajones del pensamiento

Voy a estar siempre esperando a saber de tí, porque aunque la impotencia de no saber duela, al final vale la pena. Porque cada pedazito de desesperación se rompe en dos con cada una de las sonrisas que me sacas. Quisiera estar siempre así; feliz, porque aunque sea a diatancia, hoy sé que vas a estar ahí. Sé que lugares diferentes juegan en contra nuestra, pero yo te quiero así, porque consigues que por un momento me aleje de la única cosa cierta que sé, que no eres el único, que es él. Y a veces me gustaría olvidar que un día se quedó grabado su nombre para siempre, porque lo amo aun sin poder estar a su lado. Y eso me duele. Y el dolor a veces me corrohe. Porque todo guerrero quiere abrazar su almohada por la noche. No quiero más  que sonrias contigo, no quiero que hayan reproches, no quiero que llores. Aunque estemos lejos has conseguido hacer algo muy grande y que me inunda de calor; sacarme una sonrisa aun cuando pensaba que todo iba a peor. Gracias mi amigo, gracias por haberme brindado el placer de haberte conocido. Porque al mirar hacia atrás y reflexionar, en el cajón de las lecciones lo primero que puedes encontrar grabado a navaja, es:

"Los buenos momentos son excepciones de la naturaleza, aprecialos y disfrutalos con quien más te convenga, porque si al sonreir esa persona sonríe contigo por el mismo motivo, entonces sabrás que es la persona correcta la que has elegido."


A pesar de que hoy en día cueste encontrar a personas entre la multitud, quiero que sepas que existen de verdad, no son un mito nada más, búscalas bien y las encontrarás. Y si no las ves por ninguna parte, quizás este no sea el lugar. Porqur igual que tú, ellas también huyen del peligro y no quieren que les hagan daño. No tienen miedo, pero tampoco están dispuestas a perder todo lo aprendido. Viven con corazas de pluma, mirando más allá de cada esquina, y son especiales aunque no lo saben, o normalmente se les escape ese detalle. Ellos creen que en lo pequeño está lo grande, y que incluso lo inofensivo puede asustarte. Y es que el alma por los ojos se les sale. Saben que tienen el futuro escrito, y que su nombre está grabado en su corazón que está en algún lugar, que tarde o temprano irán a encontrar. Creen en las órdenes del destino, al fin y al cabo es lo único seguro.

Todas las personas tenemos un destino, el caso es que no todas eligen perseguirlo. Es muy caprichoso, pero te ayuda a entender que lo sucedido en el pasado son las consecuencias del futuro, y que una cosa sin la otra no tiene sentido, porque si tratas de mejorar tu presente lo que venga luego será también mejor.

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