jueves, 25 de octubre de 2012

Vientos de otoño

Dicen que cuando escuchamos canciones tristes es porque el cerebro necesita expresar lo que siente.

Por eso hoy el frío me cala los huesos y entre acordes congelados mi mente te sigue buscando, para ver si te encuentro, en algún rincón.

Ya siento el otoño y su viento sobre mis venas. Siento como me voy haciendo pobre, como pasa el tiempo sin darle importancia a lo que pase. Y que las hojas caen, y hacen un montón donde se levanta mi pena.
Dolor de quererte, sufrimiento de no tenerte.

Y si ya es duro ahora, prefiero que el miedo venga y me asalte por sorpresa cuando las calles olviden las estrellas de la noche, y sólo vea días grises que se confundan con la acera.

Pero a pesar de todo, mantengo la esperanza, quizás sea mi camino a la muerte y yo la ingénua que sin más refugio acude a ella como una indigente.

Yo te espero y desespero, en cualquier lugar; ya sea en el banco del parque o en el suelo de mi habitación, sea cual sea la situación sabes que no te voy a dejar de pensar.
Te canto, te río, te deseo y te lloro, y después de esta pausa sigo con la canción.

Me entra un escalofrío mientras escucho tu nombre, sé que jamás has sido mío pero estás dentro mío constantemente. Porque negar tu recuerdo sería morir yo primero.

Por eso, y por mucho más que el poco tiempo que tengo no me deja contar, cuando vaya sola por la calle y el viento empieze a soplar, cuando el cielo se buble y tenga ganas de llorar o cuando los fantasmas del espejo me quieran asustar, me alimentaré de tus recuerdos.

domingo, 21 de octubre de 2012

Hablando claro


Miro a mi alrededor. Me asusto al ver el mundo que me espera en el exterior. Es del que vengo, pero no al que pertenezco, porque nadie me dio a elegir antes de venir. Simplemente aparecí aquí, porque me tocó a mí. Pero hay miles de almas esperando ser rescatadas, y piensan que bajando aquí darán con la solución a su desconsolación, pero están bien engañadas. Pues poner un pie aquí es ceder tu vida a una sociedad que hará todo lo posible por destruírtela. No les echo la culpa a la gente de a pie, en el fondo recogemos lo que sembramos, y, de eso nos alimentamos. Y es verdad que hay muchas cosas imposibles, porque cambiar el mundo no  se puede, si en todos estos siglos de historia todas las decisiones han acabado en guerra, ya sabemos lo que nos espera. Y las que aun no lo son, muchas veces lo aparentan, y por eso se apartan, se tiran miles de sueños a la basura cada día, pero estos no se amontonan como los kilos desperdiciados de comida. No hay reportajes que salgan en la tele ni balances que nos digan el % de vida que perdemos al desprendernos de un sueño, tampoco hemos creado ONGs que nos digan cómo mantener sueños, ni tampoco hay camiones que nos provengan de alegría.
Hoy en día podemos saber fácilmente quién gana unas elecciones, el número de letras que debemos, antes de si estamos bien. Todo son números e informes que acaban destruidos o guardados bajo llave para que no haya descuidos. 

¿Pero alguien sabe cuánta energía se pierde cuando hablamos de lágrimas?
¿Alguien se ha parado a pensar a dónde van todas esas palabras que se esconden detrás de las lágrimas? ¿Alguien puede decirme dónde está el almacén donde se guardan las emociones blanqueadas?

Porque hoy en día el mercado de los sentimientos le gana a la bolsa; ha conseguido tener el récord histórico en corrupción. Quién nos lo iba a decir, hablar del amor como una moneda, decir tanto vales tanto pago, poner precio a todas esas caras, porque en fondo lo que quieren no es que pienses, su único propósito es quitarte lo que a ellos les sobra, eso sí, consume o te destruyen. Más vale una cara bonita que la inteligencia. Y así ganamos todos. 

¿Tú crees?

Siembra tontos, que recogerás necios.
Con la mentira puedes engañar por los ojos, pero la esencia es algo que el corazón nunca olvida.


Piensa antes de actuar, antes de poner un pie en la calle frena, de vez en cuando no mata reflexionar. Deberías saber que hay una vida debajo de cada cuerpo, una vida que merece tener su tiempo de libertad, una vida que necesita hacerse grande contigo. Una vida que te impulsa a seguir, y que merece ser vivida. Sin tener en cuenta las barreras que te pongan, porque para saltarlas tienes que creer que eres más alto que todas ellas, y un día formarán parte del pasado.

Es un cambio. Es nuestro cambio. Queremos dejar de ser esclavos.
Porque que nos hayan aflojado las cadenas, no significa que seamos libres.  
Es hora de cumplir lo que se dice, y decir lo que se cumple. 



sábado, 20 de octubre de 2012

Tus cartas contra las mías

Siento que te pierdo, que
bajando de las nubes y
poniendo los pies en el suelo
reconozco que nunca has sido mío.

Tan solo te he retenido
unos instantes a mi lado
y te he intentado robar
sonrisas, abrazos, miradas y caricias
cuando parecías despistado.

Y es que yo no puedo vivir así;
sin tenerte a mi lado.
Sé que probablemente tú
nunca lo hayas pensado,
pero si supieras la de noches
que me paso en vela imaginando
como sería la vida contigo,
tendría una ley de restricción
de pensamiento por acoso.

 Hoy se ha vuelto a derrumbar
la torre de mi fe, suele pasar,
sus cimientos están hechos de esperanza.
Así que, aunque yo lo he tenido
siempre claro desdel primer minuto,
sé que nunca he jugado sobre seguro.

Pero no me arrepiento, lo juro.
Quien no arriesga no gana,
y sabes perfectamente que
apostaría por tí las veces
que hicieran falta. Ahora,
ya ves mis cartas,
sabes cuántas quedan en la baza
y cuál es mi estrategia,
y a pesar de que lo sepas
todo sobre este juego,
lo que me duele no es peder;
sino perderte de nuevo.

Puedes hacer las trampas que quieras,
todas las que quieras, siempre ganarás,
porque mis ojos se despistan
cada vez que tus perlas avellana
se funden en una sola mirada,
 porque puedo verte el alma.

Y es entonces cuando
me dejas paralizada.
Podrías cojer todo el dinero
e irte, no te lo impediría pues
yo solo me limitaría a observarte
 para más tarde llorarte.

Pero en vez de eso,
decides quedarte,
el tira y afloja
será tu contrataque.

Para siempre.
Y que así sea.
Mi apuesta siempre será
al mismo número de la ruleta.

Y si me toca disparar,
seré sin duda la primera
en recibir la bala,
 pues no verás jamás
apuntando con el cañón
de un revolver a la persona
que un corazón que ama.

Los cajones del pensamiento

Voy a estar siempre esperando a saber de tí, porque aunque la impotencia de no saber duela, al final vale la pena. Porque cada pedazito de desesperación se rompe en dos con cada una de las sonrisas que me sacas. Quisiera estar siempre así; feliz, porque aunque sea a diatancia, hoy sé que vas a estar ahí. Sé que lugares diferentes juegan en contra nuestra, pero yo te quiero así, porque consigues que por un momento me aleje de la única cosa cierta que sé, que no eres el único, que es él. Y a veces me gustaría olvidar que un día se quedó grabado su nombre para siempre, porque lo amo aun sin poder estar a su lado. Y eso me duele. Y el dolor a veces me corrohe. Porque todo guerrero quiere abrazar su almohada por la noche. No quiero más  que sonrias contigo, no quiero que hayan reproches, no quiero que llores. Aunque estemos lejos has conseguido hacer algo muy grande y que me inunda de calor; sacarme una sonrisa aun cuando pensaba que todo iba a peor. Gracias mi amigo, gracias por haberme brindado el placer de haberte conocido. Porque al mirar hacia atrás y reflexionar, en el cajón de las lecciones lo primero que puedes encontrar grabado a navaja, es:

"Los buenos momentos son excepciones de la naturaleza, aprecialos y disfrutalos con quien más te convenga, porque si al sonreir esa persona sonríe contigo por el mismo motivo, entonces sabrás que es la persona correcta la que has elegido."


A pesar de que hoy en día cueste encontrar a personas entre la multitud, quiero que sepas que existen de verdad, no son un mito nada más, búscalas bien y las encontrarás. Y si no las ves por ninguna parte, quizás este no sea el lugar. Porqur igual que tú, ellas también huyen del peligro y no quieren que les hagan daño. No tienen miedo, pero tampoco están dispuestas a perder todo lo aprendido. Viven con corazas de pluma, mirando más allá de cada esquina, y son especiales aunque no lo saben, o normalmente se les escape ese detalle. Ellos creen que en lo pequeño está lo grande, y que incluso lo inofensivo puede asustarte. Y es que el alma por los ojos se les sale. Saben que tienen el futuro escrito, y que su nombre está grabado en su corazón que está en algún lugar, que tarde o temprano irán a encontrar. Creen en las órdenes del destino, al fin y al cabo es lo único seguro.

Todas las personas tenemos un destino, el caso es que no todas eligen perseguirlo. Es muy caprichoso, pero te ayuda a entender que lo sucedido en el pasado son las consecuencias del futuro, y que una cosa sin la otra no tiene sentido, porque si tratas de mejorar tu presente lo que venga luego será también mejor.

Mis pasos buscan tus huellas

Como Danny O'Donoghue,
que dijo que iba a plantar
su tienda de campaña
en mitad de la calle
donde se conocieron
por primera vez
tu corazón y el mío,
y no se iba a mover,
así te esperaré.

Puede que a veces
parezca que
no te doy importancia,
y que de un suspiro
desaparezcas,
pero quien se atreva
a decir algo así
es porque nunca
ha sabido amar.

Porque es justo en esos momentos,
cuando no te quiero pensar,
cuando más falta me haces.
Significa que mi corazón
ya no se puede aguantar solo,
necesita tus manos para
que lo recojan del suelo.

Así que no te fallaré,
siempre así te esperaré,
no importa dónde o porqué.
Te seré fiel, aunque
me cueste la vida,
porque la vida sin ti
es un callejón sin salida.