miércoles, 11 de mayo de 2016

El lado de la imaginación

Hay heridas que nunca se cierran, ni falta que hace. Porque hay penas que solo se curan al otro lado.


-¿Al otro lado de qué?- Preguntó el Gato, riendo jocoso. Mientras Alicia comprendía a lo que se refería mucho antes de que él lograse ponerle el punto final a su interrogación, y, de que ella procesase estas palabras, encarceladas en verdades que se alzaban como telones de acero y que se clavaban entre pecho y espada, colándose por entre sus pestañas, desgarradas del frío que trae consigo agosto.


Comprendió que, ella ya estaba dentro, al otro lado, y que, una vez allí, el mundo se había girado de tal manera que no había cabida para otro lado que no fuera ese. Porque ya no había otro lado. ¿Se había esfumado? No. El problema es que había vivido en un lado que era inexistente. Pero, la raza humana, empobrecida por el poderío de su ego, la había convencido de que ese era el lado, y de que, si había otro u otros, eran inexplorables e inalcanzables.” Pobres…” pensaba ahora. Ellos nunca dejaron que su imaginación les guiara. Ni siquiera hicieron el esfuerzo de confiar en ella, al negarle así su existencia, de igual manera que a “ese otro lado” del que si se hablaba entre callejuelas, el mismo barro censuraba.
Mas, no acabará aquí su condena. Cada una de las generaciones que venga, caerá en la trampa de las mismas generaciones que le precedió.



“Lo peor de todo, no es eso. Eso sería en todo caso lo mejor. Encontrar tú lugar: el sueño de cualquiera.”- reflexionaba al anticipársele una lágrima a sus pensamientos.- “Pues, ahora mismo creo que, el sufrimiento más profundo que se me puede clavar en las entrañas del corazón es, el saber que, la diferencia no tiene porqué ser un buen indicador. A veces su peso recae sobre unas espaldas débiles que acaban de aterrizar en un mundo nuevo. Sin embargo, el que sea nuevo a mis ojos y a mis manos, no significa que no haya estado aquí desde que vivo, y el no haber vivido en él desde que mi sangre bombea, es lo que realmente duele.
Cuando descubrimos algo que parece tan improbable, pero que a la vez, se nos presenta tan familiar, olvidamos todo lo que somos y recordamos que, no somos nada.”






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