miércoles, 26 de agosto de 2015

Velada incierta

Somos marionetas de la incertidumbre que se mueven al compás de unos latidos llenos de ilusiones. Se nos salen las ganas por todos los poros. Se nos marca el ansia en la miarada, imaginando que cada persona que pasa es aquella que esperamos.

Los sentimientos no paran de dar patadas a esta caja fuerte donde un día les obligamos a permanecer entre desgarro y polvo, y nosotros empujamos, empujamos, sólo hacemos que empujar aun sabiendo que acrecentamos su rabia. Quizás en el fondo queramos que nos invadan el aire que respiramos, y necesitemos embriagárnos con ellos. Quizás el destino siga siendo tan caprichoso como siempre, y nos ponga en la punta del acantilado a empapar la piel de sal sin  llegar a mojarnos cuando apriete el sol. Y solamente quizás saquemos a pasear nuestras armas una vez más contra las alturas, y caigamos al agua provocando un tsunami con el peso de nuestra locura.

Que no hay más loco que quien se arriesga, ni más necio que el que cree ser piedra por haber visto a su alrededor unas cuantas rocas. No tendremos escudero ni un rocín por corcel, pero nos sobrarán sinsentidos para hacer camino y canciones donde refugiarnos cuando aceche el frío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario