miércoles, 31 de julio de 2013
Los pintores del cielo
Íbamos andando por calles parlelas, sin saber que la vida nos hacía sortear las mismas barreras por pensar de igual manera.
Sin conocernos, queríamos las dos llegar hasta esa meta. Y a pesar de que la línea del horizonte nos marcara los límites, la observábamos siempre detenidamente para ver lo que los otros ojos no se atrevían a ver.
Dibujábamos figuras prohibidas y curvas imposibles solamente con la mirada, pero nuestros trazos jamás se tocaban, porque no sabíamos que existían más pinceles en el cielo, a parte del nuestro.
Creíamos que los locos mueren solos, hasta que al encontrarnos fue imposible separarnos. Y desde entonces la paleta de colores se ha ido ampliando con cada paso que damos de la mano.
Y sabemos que aunque inevitablemente algún día muramos, para entonces el cielo ya estará lleno de colores para recordarnos, a nosotros los locos, porque cada pincelada será un trocito del sueño de alguno de nosotros ocupando todo el aire y gritando que nuestro corazón se ha quedado pequeño para vivir en él toda la eternidad.
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